Perrozo-155A1000
by Diana Raquel Sainz
Title
Perrozo-155A1000
Artist
Diana Raquel Sainz
Medium
Photograph - Photography - Digital Photography, Mixed Media, Paints,
Description
Perrozo / Liébana /Iglesia de la Asunción
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FEATURED IMAGE: Art From The Past ~ FAA 11/09/2015
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Perrozo
Este pueblo del antigua Val de Rodias se sit�a en el sur del municipio de Cabez�n de Li�bana, en la margen izquierda del rio Lamedo, afluente del Bull�n, a 541 metros de altitud, y a poco m�s de tres kil�metros de distancia de Cabez�n, la capital del ayuntamiento. Se accede a Perrozo por la CA-871 que parte, frente a Piasca, de la CA-184, Ojedo-Piedrasluengas.
La iglesia parroquial de la Asunci�n se localiza en una ladera, a la entrada del pueblo, bien se�alada por dos hermosos olivos, en un precioso paraje abierto, rodeado de monta�as y de frondosos bosques� En Li�bana que es mui caliente y temprana, en la cual ay al presente canlidad de morales y algunos olivos que plantaron los antiguos al derredor de las iglesias y en Santo Torivio�, tomado del �Memorial y Advertencia de Juan G�mez de Bedoya, mediante los cuales se pod�a restaurar y enriquecer la Provincia de Li�bana en breves a�os y hace otros muy buenos efectos. A�o de 1595� (P�rez, Bustamante, R. 1978).
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Por numerosos documentos contenidos en el Cartulario de Santa Maria de Piasca, estudiados por M.A. Garc�a Guinea (1979�), conocemos la prolongada pertenec�a y vinculaci�n � tanto del lugar como de la iglesia � de Perrozo al monasterio de Piasca. As�, en un manuscrito, fechado en el a�o 981, con motivo de distintas donaciones efectuadas a Piasca, consta ya la existencia del pueblo de Perrozo. De 1030 data de la donaci�n del monasterio de Santa Maria de Perrozo que el conde lebaniego Munio Alfonso realiza a la abadesa Fronilde de Piasca. , Un a�o m�s tarde, mediante testamento del mismo conde Alfonso� �� en documento m�s amplio, con otra redacci�n y a�adidos al anterior, que modifica y amplia el de 1030 �figura tambi�n, la doble advocaci�n que se da al monasterio de Santa Maria de Perrozo, que viene ampliada con la de Santiago�. Esta donaci�n testamentaria volv�a a ser ratificada en otro documento firmado por toda la familia Alfonso, los condes y sus hijos.
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Nuevamente, en otro documento del Cartulario de Piasca se cita a Perrozo, con motivo del testamento que hace la abadesa do�a Urraca en 1051, de distintas propiedades que tiene en Li�bana, a Santa Maria de Piasca. Este monasterio continuaba ampliando sus dominios en Perrozo mediante sucesivas donaciones, como consta en la carta de cesi�n de heredades paternas en Perrozo, del abad Rodrigo a Piasca.
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De 1187, data un documento �ejemplo de �prestimonio� que cita el profesor Garc�a Guinea (1979�)- por el que��Pedro Dom�nguez y sus hermanos venden un solar al prior Domingo de Piasca, y este les da en pr�stamo una heredad en Buyezo, cuanto tiene en Valderrod�as y solar que fue del monasterio de Perrozo �con la condici�n de que lo pueblen con el foro al dicho monasterio�. Les obliga, pues el prior a que residan en este solar� Se comprueba que la finalidad del pr�stamo, en este caso, es una finalidad repobladora�.
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El Becerro de las Bebelrias (1352), recoge el lugar de Perrozo, la mitad abadengo del abad de Sahag�n y la otra mitad solariego: de do Tello, de Guti�rrez P�rez de Bedoya y de Diego Garc�a, su hermano, y de Pedro Gonz�lez Orej�n, de G�mez P�rez de la Loma y de Gonzalo Guti�rrez de Turar. Como vemos, este se�or�o estaba muy repartido. Los lugare�os pagaban al rey moneda y servicios, y al abad y a los se�ores, cada uno de sus vasallos en especie, pan de trigo, cebada y centeno, y tambi�n cantaras de vino.
Todav�a, en 1537, se fecha otro documento del Cartulario citado, sobre �el beneficio de Santa Maria de Perrozo�.
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Posteriormente, como se recoge en el Catastro del Marques de la Ensenada (1753), el lugar de Perrozo era se�or�o de la Duquesa del Infantado, quien percib�a el derecho de alcabalas. Se aplicaba el diezmo de frutos y la primicia sobre otros productos que eran percibidos por el cura de este lugar y por el �monasterio de San Benito de Piasca�. La Catedral de Le�n cobraba el derecho de Canto de Regla.
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En el Diccionario de Madoz (1845-1850), se lee al respecto de la
iglesia de Perrozo �Iglesia Parroquial la Asunci�n de Nuestra Se�ora,
servida por un cura de primer ascenso y presentar de S.M. en los meses
apost�licos, y en los ordinarios lo era antes del prior del monasterio
de Piasca, orden de San Benito�. �.. Texto CGG
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IGLESIA DE LA ASUNCIOacuteN
ESTE PUEBLO EN ALTO, colocado a la derecha del rio Bull�n y frente por frente a la aldea de Piasca, y a una altura similar, es, sin duda, uno de los m�s bellos y atractivos del territorio de su municipio, que es Cabez�n de Li�bana. Su iglesia, se sit�a sobre un peque�o rellano que se forma al norte del caser�o, seg�n se desciende desde este hacia la vaguada. Si bien es verdad que no existe en toda Li�bana una iglesia que no contribuya a engrandecer el paisaje que la rodea, la de Perrozo cumple en este sentido todas las exigencias. A su izquierda, la acompa�an, como dando la bienvenida al visitante, dos a�osos olivos que ponen una nota especial de a�oranzas b�blicas, y un grupo de robles que la vuelven a colocar en su ambiente de silencios montaraces. Ella misma, con su p�rtico umbr�o, cubierto por el ancho tejado que hasta la baja desde la vieja y rom�nica espada�a, se nos muestra como orgullosa de su larga, aunque recosida, permanencia de tantos siglos.
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Su origen rom�nico � finales del siglo XII, principios del XIII, o quiz�s un poco antes � es indudable, dados los testimonios de aquella �poca que ha conservado. En principio, debi� de ser de una sola nave cubierta de
madera y �bside rectangular con b�veda de cuatro nervios, ocho plementos y una sola clave. Posteriormente se le a�adieron cuatro
capillas, dos al Norte y dos a Sur. De su rom�nico tard�o solo nos queda el citado p�rtico, o mejor, la puerta saliente del muro sur, la espada�a y los muros del �bside que a�n conservan canecillos de caveto, de alg�n tollo y de una tosca liebre, este en el muro sur. La cornisa esta moldurada con dos boceles,
en el muro meridional del �bside, muy presionada por la capilla a�adida, a�n
permanece una ventana de traza rom�nica, y m�s tarde transformada, con chambrana biselada, dos arquivoltas boceladas, todas de medio punto.
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Tambi�n el muro este del �bside, aun puede mostrar los residuos de una antigua ventana de marco cuadrado que pudo contener un �culo. Tambi�n se conserva, sobre la puerta del mediod�a, una celos�a circular de piedra con un borde esculpido, con v�stago en S, que va encerrando hoja de hiedra, de tipo muy rom�nico, que envuelve una rosca calada de seis o siete p�talos, cuyo original dicen se conserva en el Museo Diocesano de Santillana, siendo el de Perrozo una copia de escayola. Tal vez la celos�a autentica pudo estar en el �bside rom�nico y en alguna de las reformas que sufri� la iglesia, se prescindi� de ella, estando mucho de los p�talos horadados muy destrozados, Este tipo de celos�a parece de tradici�n asturiana, y es en este �ltimo arte donde pueden verse ejemplares muy semejantes. Cid Priego (1995b, p.346), se�ala las de San Martin de Arguelles, y los de las Segada (Oviedo).
Los m�s rom�nico e interesante de la iglesia es su puerta meridional. Colocada en avance sobre el muro de mamposter�a, su aspecto, dentro de un marcado ruralismo, no deja de ser atractivo. Trabajada en siller�a, se enmarca por un alfiz resaltado de bocel entre listeles, a modo de fustes entregos que van a apoyarse en los alargados cimacios de la puerta. Esta se compone, en su armadura abocinada y apuntada, de una chambrana decorada con cadena de rombos que parten y terminan en sendas cabecitas humanas. Las arquivoltas son tres:
- la primer, la m�s exterior, es de baquet�n,
- la segunda de puntas grandes de diamante, del tipo muy repetido en las puertas del rom�nico lebaniego que se conservan,
- la tercera arquivolta, la que apoya sobre los cimacios de las jambas de entrada, lleva una decoraci�n muy original de arquillos ultra semicirculares que se abren un poco antes de cerrarse formando unas puntas de lanza que vienen a caer sobre el borde del arco de entrada.
Todas esta arquivoltas, e incluido tambi�n el ya citado alfiz, cargan sobre tres cimacios. El m�s exterior del lateral izquierdo de la puerta es largo y aparece biselado pero sin decoraci�n. Apoya sobre capitel, muy largo tambi�n, que ocupa extra�amente, gran parte de la jamba exterior de la puerta, incrust�ndose en esta, y va decorado de la siguiente manera: largo canido, al parecer un galgo, en actitud de dar caza a una liebre que tiene bajo su cabeza y se distingue por sus largas orejas verticales y paralelas. El perro lleva un posible collar indicado por l�neas poco marcadas.
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Delante de la liebre, y en la zona en la que el capitel apoya en el primer fuste de lateral izquierdo de la puerta, aparece un rama de �rbol que tiene por encima dos aves (p�jaros, palomas?), una m�s grande y en posici�n normal y otra m�s peque�a, invertida, a la que la mayor parece picar coloc�ndose sobre ella. El lateral de este capitel acaba con las figuras desnudas, y de pie, de Ad�n y Eva. Esta, que es la primera, pone su brazo derecho sobre el pecho de Ad�n. Ambos est�n de frente, pero el rostro de la mujer ha sido cortado. El primer hombre, con el brazo izquierdo parece cubrirse el sexo.
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Toda la escena de este extra�o capitel ha sido muy maltratada, pero s� que manifiesta bien la impericia del cantero o taller que labro toda la puerta. El segundo cimacio de este lado izquierdo, forma una sola piedra con el de la jamba de entrada a la iglesia. En conjunto, y a lo largo de su forma quebrada, lleva la siguiente decoraci�n: dientes de lobo resaltados en dos filas; cabecita humana angular muy maltratada que conserva a�n pintura roja, y escena del salto de un salm�n que es atrapado por culebra o angula, y debajo ondas, y v�stagos verticales incisos. Este complicado cimacio, apoya en el capitel de la segunda columna y en la jamba de entrada izquierda de la puerta. El capitel lleva, en su lado izquierdo una octopetala inscrita en c�rculo, y en el derecho, cruz patada, tambi�n inscrita, en cuyo centro se marca una peque�a cuadrip�tala. Los dos fustes son monol�ticos y uno carece de basa y el otro la tiene muy tosca.
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El lateral derecho de la puerta, con la misma organizaci�n, difiere en la gr�fica decorativa: en el cimacio de la jamba, banda de tres rombos, y debajo rama en horizontal, como de acacia, con cuatro hojas arriba y cuatro abajo, que acaba en otra grande romboidal; el cimacio de la columna m�s interna, damero y rombo exciso. Los capiteles de este lado derecho llevan relieves de zorro y p�jaro, cruz inscrita, animal de gran cola alzada, como mono, c�rculos tangentes� Fustes y jambas de la puerta apoyan sobre bancos de arista matada en bocel. Todo con la mala destreza y rusticidad con las que traja este artesano, pero con el consabido encanto que produce su ingenuidad.
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La espada�a se mantiene con toda su traza rom�nica. Construida en mamposter�a, salvo esquinales y vanos, se alza con dos cuerpos macizos y un tercero con dos troneras de arcos doblados, apuntado el interior. Una tercera tronera, m�s peque�a, se centra en el pi��n del hastial, tambi�n con arco doblado. La cabecera de la iglesia fue alterada en su b�veda, en los siglos XIV-XV, con una cubierta nervada de ocho plementos. La nave siempre debi� de ser, como ahora, de madera.
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La iglesia de Perrozo conserva en su interior una pila rom�nica semiesf�rica muy ennegrecida, sin ninguna decoraci�n, colocada sobre pedestal cubico que labra en su cara sur una cruz de brazos desiguales. Este basamento marca, claramente, haber sido colocado con posterioridad al trabajo de la pila. Esta mide, de di�metro en su embocadura, 81 cm, por 73 cm de altura, sin contar basamento.
Biblografia:
http://www.romanicodigital.com/documentos_web/pdf/PDF%C2%B4S_VISOR%20On-Line%20Abierto/CANTABRIA/PERROZO.swf
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October 3rd, 2015
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